Los 3 mejores libros de Rafel Nadal

La coincidencia entre el Rafael Nadal escritor con el Rafael Nadal tenista se decanta siempre, en una búsqueda nominal en cualquier buscador de internet, por el deportista. De ahí que el escritor haya adaptado su firma y sello a «Rafel Nadal«, extirpando la «a» como una necesaria síncopa diferenciadora.

Y lo cierto es que la obra lo merece. Porque el escritor catalán, dedicado ya prácticamente al oficio de escribir desde 2014 (después de ejercer como periodista en varios medios), nos presenta grandes ficciones históricas en un periodo extendido entre la melancolía de lo decimonónico y lo convulso del siglo XX en Europa.

Y es ahí, en ese escenario de poco más de un siglo que aglutina las más grandes transformaciones, las más ominosas guerras pero también los más reseñables avances en todo ámbito, donde Rafel Nadal hace gala de sus dotes del escritor convertido en cronista de lo más relevante de cualquier época: las intrahistorias, el devenir de la gente que en la mimetización de los personajes, nos hacen sentir la historia más allá de una mera documentación oficial, que, todo sea dicho de paso, también el autor maneja con exhaustividad y precisión.

Top 3 libros recomendados de Rafel Nadal

La señora Stendhal

Los verdaderos supervivientes de las guerras aparecen entre el castigado pueblo que asume sus víctimas como buenamente puede. Un niño al que se le arrebata a su madre el último día de la Guerra Civil encuentra en los brazos de la señora Stendhal su único cobijo en el que seguir siendo un niño querido por una figura materna.

La postguerra es ese espacio vacío, esa nada temporal en la que todo ha desaparecido y las vidas tratan de buscar nuevas rutinas en medio de la marcada necesidad y las acuciantes carencias.

Lluc es ese niño que sólo a través de su inocencia puede entender un mundo caótico como la normalidad, que se sobrepone a las ausencias a través de presencias a las que se aferra para seguir sintiendo el amor robado.

En otras obras recientes sobre la Guerra Civil Española conocemos perspectivas de combatientes o de sagas familiares, o de secretos de estado ocultos en la acción bélica. Pero solo en este libro La señora Stendhal recobraremos la más importante de las perspectivas, la de la inocencia infantil frente a la realidad de las armas.

Porque acabada la guerra, lo peor tal vez esté por llegar. Los vencedores suelen ser aún más crueles cuando se saben superiores. El ansia de exterminación de un enemigo que ya no existe se sigue extendiendo sobre cualquiera que pudo haber sido del otro bando.

Despertada la crueldad de la guerra, sus rescoldos no son fáciles de apagar con el último disparo. Acostumbrados a exaltar el odio, los vencedores buscan continua revancha. La postguerra en un conflicto civil es eso, una ejecución de los vencidos, un final sin armisticio. Da igual que seas un inocente niño, siempre puedes ser la nueva víctima.

Pero en esta obra también encontramos esperanza. Lluc espera poder ser un niño y se aferra a promesas de un futuro mejor. A través de sus ojos y de sus emociones primarias vamos escudriñando una realidad cuyas violentas interioridades se escapan al entendimiento de la tierna niñez, y también al entendimiento de cualquier lector.

La señora Stendhal

El hijo del italiano

Los amores furtivos, las pasiones liberadas en los días más oscuros de un conflicto tan atroz como fue la Segunda Guerra Mundial acaban componiendo un extraño mapa de destinos imprevisibles. Algo así ocurre en esta trama compuesta desde la caída de Mussolini en 1943.

Con el consecuente armisticio italiano acordado con los aliados, inmediatamente el acorazado Roma de la Regia Marina italiana pasó a ser enemigo de la Alemania nazi.

Los certeros misiles guiados desde los aviones alemanes dieron con el buque en el fondo del mar el 9 de septiembre de aquel 43. La cuestión es que Nadal se centra en los supervivientes entre tantas y tantas víctimas mortales.

Refugiados por imperativos circunstanciales en territorio español, en Caldes de Malavella, los marineros pasaron varios días entre las gentes del lugar. Mateu es el fruto de uno de esos encuentros pasionales entre joven marinero y chica oriunda.

La relación acabó rompiéndose cuando su hijo en común ya tenía la edad necesaria para grabar a fuego detalles, gestos, sonidos… Después el padre desapareció sin que Mateu supiera realmente de esta paternidad.

Eran días duros y las cosas sucedían marcadas por imperativos morales de otro calado. Muchos años después, Mateu ha acopiado información necesaria para conocer acerca del secreto de su existencia.

Quizás sea demasiado tarde, sesenta años pueden ser demasiados. Pero su madre ya ha fallecido y nada lo detiene en una búsqueda que marca, al fuego de los interrogantes más intensos, el fundamento de toda su existencia siempre alejada de sus orígenes.

El hijo del italiano

La maldición de los Palmisano

Una novela de ambientación local pero que acaba significándose como una gran trama en torno a cómo todo puede cambiar en un instante, desde la prosperidad hasta la amistad o el amor.

El personaje de Vitantonio Palmisano nos recuerda a esa lapidaria frase de Rolland: «Un héroe es aquel que hace todo lo que puede», más allá de otras heroicidades extendidas durante toda la historia para mujeres protagonistas inolvidables como Donata o Giovanna.

La cuestión es que todos ellos nos hacen recordar que no hay mayor odisea que la de la supervivencia en tiempos duros. Y precisamente el descubrimiento actual desde el que nace la historia acaba por descubrir cómo todos son perdedores en una guerra u otra, la Gran Guerra o la Segunda Guerra Mundial.

Los apellidos de la fatalidad cambia de un momento a otro. Y la invitación a la reflexión y a la indagación que sorprende al descubridor de las siniestras coincidencias nos acaban conduciendo a una emocionante trama sobre cómo la vida se sigue abriendo paso, siempre.

La maldición de los Palmisano
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