Los vencejos, de Fernando Aramburu
Los vencejos vuelan sin descanso durante meses. No se detienen para nada porque son capaces de cumplir con todas sus exigencias vitales en constante vuelo. Lo cual constata de alguna forma lo que la maravillosa sensación de plenitud del vuelo puede suponer para un ser vivo. Aramburu quizás tome a …