Con libros como este, del escritor alemán Marc-Uwe Kling volvemos a asociar ciencia ficción con filosofía, más que con otros aspectos del sugerente argumento fantástico. Porque la ciencia ficción de esta novela aborda más lo metafísico que cualquier otra cosa.
Los precedentes distópicos más gloriosos de la CiFi (en este caso más próximo en lo argumental con el mundo feliz de Huxley) marcan ese precedente que sirve para proyectar en nuestro porvenir los interrogantes más existenciales como civilización.
Quizás en este momento, en esta época, lo de la IA, el Internet de las cosas y la segmentación de nuestra vida según nuestras IP´s, suene a pronóstico más certero hacia ese horizonte construído por algoritmos y capaz de la alienación más cómoda e irrenunciable.
Bienvenido a QualityLand, en un futuro no muy lejano. En QualityLand todo funciona bien: el trabajo, el ocio y las relaciones se optimizan mediante algoritmos.
Hay cosas curiosas, como que tu apellido es el trabajo que tenían tu padre o tu madre en el momento en que te concibieron, y para confirmar una compra realizada en TheShop tienes que besar el Ipad. Y los algoritmos te sugieren (e imponen) incluso tu posible pareja perfecta.
Sin embargo, uno de sus ciudadanos, Peter Sinempleo, sabe que algo va mal, al menos en su vida; es, además, de los pocos que se permiten no estar de acuerdo con el mundo en que vive, y al que no le importa perder puntos (porque el sistema, sí, te evalúa constantemente).
Si en QualityLand todo es realmente tan perfecto, ¿por qué hay drones que tienen miedo a volar o robots de combate con estrés postraumático? ¿Por qué las máquinas se están volviendo más humanas, pero las personas actúan como robots?
Ya puedes comprar la novela QualityLand, un libro de Marc-Uwe Kling, aquí:
