Los 3 mejores libros de Sandrine Destombes

El suspense se mantiene vivo gracias a autoras como Sandrine Destombes. Porque parece más tentador escribir novelas negras recién salidas de casquería que profundizar en la trama de un buen thriller. Debe ser cosa de la demanda del lector de género. O acaso sea más empeño por lo efectista de los propios escritores.

Sea como fuere siempre es mejor un conjunto narrativo donde todo se equilibra. Por un lado de deducción, el reto intelectual al lector. Por otro un punto tétrico que hasta puede engarzar con esa parte ominosa de la recreación teatral del crimen o lo oscuro de la psique del psicópata de turno…. Es cuestión de querer currárselo.

Y Sandrine se lo curra, es una trabajadora a conciencia de sus tramas para acabar presentando esas novelas holísticas de lo criminal. Para ello Sandrine abordará su argumento desde aspectos siempre novedosos, fértiles para la sorpresa o el desconcierto. Sucesos en torno a espacios familiares donde acaece lo inesperado o aflora lo peor de quien menos lo esperas. O también aspectos del hampa pasados siempre por alto que Sandrine recupera para reconvertirlo en un puzzle que se nos presenta tentador, novedoso…

Top 3 novelas recomendadas de Sandrine Destombes

Madame B

Nada como los crímenes en B. Porque todo en B es mejor para quienes se manejan en las sombras de la legalidad, ya sea para blanquear dinero o cuerpos aún calientes de víctimas propicias…

Blanche Barjac tiene un trabajo peculiar. Es limpiadora, pero no una limpiadora cualquiera. Se dedica a limpiar escenas del crimen, lugares donde se ha matado a alguien. Limpia ordenadores, alfombras, perfiles de redes sociales y oculta los cadáveres como si nada hubiera pasado. Sus clientes son personas célebres en el submundo de París, individuos que valoran mucho su eficacia, discreción y capacidad.

Pero todo cambia cuando recibe el encargo de un todopoderoso asesino a sueldo al que apodan el Sabueso. Entre las pertenencias de la víctima que tiene que hacer desaparecer, Blanche encuentra un pañuelo, una prenda que la transporta hasta el día en que su madre se suicidó, veinte años atrás.

Alguien la vigila y pretende chantajearla, pero Blanche aún debe enfrentarse a un enigma mayor, un secreto que hará tambalear su salud mental. Mirando en su propio pasado aprenderá que, por mucho que se limpie, algunas manchas no pueden borradas. Y que cada uno de nuestros actos tiene siempre consecuencias.

El doble secreto de la familia Lessage

Una novela que nos introduce en esa ambientación doblemente cerrada sobre lo familiar como un entorno paradójicamente calmo e inquietante. El típico contraste entre el pueblo como apacible hogar y su capacidad para albergar las más aviesas sombras nos guía en esta historia hasta nuevos límites insospechados.

Dos tiempos para ubicar ese espejo deformante en el que se distorsiona la verdad y se reflejan las más monstruosas conciencias sobre lo que pudo pasar. Cuando el mal no se afronta en su momento, cuando se espera que lo abominable simplemente desaparezca, al final suele ocurrir todo lo contrario. Y la maldad tiene mucha paciencia…

A un lado del espejo viajamos hasta más de veinte años atrás. Piolenc se enfrenta a la zozobra de la desaparición de dos hermanos, Soléne y Raphaël. Solo se pudo encontrar a Soléne, con su cuerpo muerto presentado con la macabra teatralidad del monstruo más cruel. La niña con su vestido blanco, apuntando a esa pureza e inocencia que el propio criminal reconoce para más regocijo de su deleznable obra.

Quizás sea el mismo. O a lo mejor se trate de un continuador de su diabólico legado. La cuestión es que en el apacible verano de 2018, con las difusas brumas de ese pasado que nadie quiere evocar, algunos niños empiezan a desaparecer de nuevo. La investigación se precipita entre dos investigadores hábilmente presentados por la autora, un policía que desconoce el caso anterior y otro que puede conducirlo a las pistas abandonadas. Todo para tratar de buscar ese enlace que pueda eliminar la casualidad y determinar la causalidad que enlaza lo pretérito y lo actual.

Mientras tanto, Piolenc se asoma al abismo de convertirse en un lugar maldito. Quizás elegido por el mismo demonio o simplemente sembrado, entre sus campos, por la semilla del mal.

En esta ocasión nada puede quedar abierto. La vida de los nuevos niños clama entre el silencio de un pueblo aturdido, mientras que las voces del pasado resuenan hacia una siniestra confusión.

Máxima tensión en torno a esas infancias robadas a la vida, la peor de las sensaciones para un lugar tan necesitado de sembrar esperanza entre una memoria asaltada por la oscuridad. Solo que, quien sea que disponga del vínculo entre lo ocurrido a un lado y otro del espejo, probablemente sea quien más precise que nada se sepa.

Las hermanas de Crest

La más escabrosa de las novelas de Destombes encuentra cumplida justificación a tanta violencia en la naturaleza propia del asunto. El mal con mal se paga. La peor y más cruel de las venganzas es la que se deja enfriar, como suele decirse, para que la razón acaba sumiéndose en las sombras del asesino que se dispone a ejercer con plena alevosía.

El subteniente Benoit siempre soñó con misiones de envergadura, pero jamás habría creído que su carrera en la brigada de Crest pudiese cambiar de la noche a la mañana. Porque una conductora que se da a la fuga sufre un accidente fatal. Porque en el coche iba secuestrada una niña que ahora está en coma. Porque al poco aparece un muerto con los ojos extirpados y unas incisiones en la frente.

El caso se ha complicado y es inevitable que lleguen de París los «Expertos» de la policía judicial; Benoit es el elegido para servirles de enlace en la investigación sobre el terreno. Sin embargo, una maldición parece haberse cernido sobre el lugar, pues afloran más cadáveres mutilados y ya nadie duerme tranquilo. Las que menos, las residentes en el «priorato», un refugio de mujeres que han sido víctimas de violencia machista.

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Ritual

Considerando la reflexología como una siniestra metáfora, lo de los pies desde los que descubrir a sus dueños cobra una singular dimensión hacia el descubrimiento del asesino, capaz de proponer un dilema como el que ofrece esta novela. Algo para lo que ha podido madurar su representación durante muchos años con meticulosidad de lo más enfermizo.

Sandrine Destombes entrega la que es probablemente su novela más compleja y perfecta, con una trama endiabladamente adictiva y un elenco de personajes formidablemente retratados, desde los secundarios hasta los antagonistas.

Siete pies, cortados y atados entre sí, aparecen flotando en el río Sena, cerca de la sede central de la Policía judicial francesa. Se forma rápidamente un equipo de investigación, dirigido por el capitán Martin Vaas.

La búsqueda de los cuerpos a los que pertenecen esos pies hace que se reabran casos de hace más de veinte años, crímenes en los que al cadáver le faltaba un pie, cometidos cerca del curso de un río. Sin embargo, las piezas no terminan de encajar. Una misteriosa inscripción (en uno de los pies se lee «ganado») podría encerrar la clave de todo.