Los 3 mejores libros de Pearl S. Buck

De la síntesis entre dos mundos tan dispares como son el oriental y el occidental solo puede acabar confluyendo el buen hacer de una escritora que ha bebido de una y otra cultura, desde la milenaria civilización China hasta la emblemática de nuestros días Estados Unidos.

Es el caso de Pearl S. Buck, una escritora prolífica y bendecida por algunos de los más relevantes galardones de la literatura universal como el mismísimo Nobel de 1938.

La más alta consideración de la narrativa mundial se le concedió por su apabullante labor de acercamiento entre culturas, por su conocimiento exhaustivo de los estratos más básicos de un pueblo chino al que sus padres misioneros la llevaron poco después de nacer, y donde residió hasta muchas décadas después.

En la vertiente más comercial o al menos más popular, el premio Pulitzer también reconoció en esta escritora nacionalizada estadounidense (condición sine qua non del premio) su capacidad narrativa para componer un mosaico de humanidad tan remota en lo físico como próxima en lo espiritual. Su novela La buena tierra acabó siendo un fenómeno inigualable para una temática y un estilo literarios que distaba bastante de los géneros más populares del momento.

Y así, aún a día de hoy, Pearl S. Buck sigue siendo una autora muy leída y reeditada en todo el mundo. Es lo que tiene la buena literatura, que a la postre resulta imperecedera…

Top 3 libros recomendados de Pearl S. Buck

Viento del Este, viento del Oeste

Ningún libro mejor de esta autora para encontrar esa síntesis a la que hacía alusión al comienzo de este post. Desde que el mundo empezó a entrar en conexión, desde que los confines de nuestro planeta fueron cartografiados y la interacción se hizo imparable, las culturas empezaron a entrelazarse a la vez que a chocar con virulencia en ocasiones…

Las familias más pudientes de la China de inicios del siglo XX podían descubrir como los viejos principios de sus creencias y costumbres podían verse resentidos por nuevos planteamientos de ese lado occidental del mundo.

Más aún cuando quien manifiesta esa atracción por lo diferente es una hija. Porque Kwe-lan necesita empaparse de lo occidental para conseguir mantener a flote todo lo que en esencia quiere para su vida y para su futuro. Y entre esos vientos se mece la frágil esencia del humano representado en la joven hija del potentado progenitor…

Viento del Este, viento del Oeste

La buena tierra

Pearl S. Buck era una excepcional conocedora de la cultura e historia china, con esa noción de plena autenticidad de quien realmente conoce todas las particularidades de comportamientos y creencias acunadas durante siglos y hasta milenios.

Una novela con un tempo y hasta una sonoridad que evocan a las viejas corrientes espirituales orientales, donde el alma se mece no sin padecer a sus propias contradicciones, pero sí sabiendo anteponer lo esencial, esa mística fusión del alma con la tierra, con la familia, con los elementos.

Una cultura que en cierta forma también debía afrontar la fatalidad de un destino marcado por gobernantes que bien sabían aprovechar esa fe en la resistencia pasiva, esa confianza en el porvenir que todo lo habría de recomponer en esta o en la otra vida.

Hasta que los cimientos de las creencias más insertadas acaban tambaleándose por la injusticia y la revolución llama desde lo más hondo de la desesperanza…

La buena tierra

La madre

El reconocimiento del feminismo como movimiento transversal a lo largo del mundo es un acto de justicia para todas aquellas mujeres en torno a patriarcados de muy distinta índole pero siempre como forma de yugo para toda mujer.

La madre de esta novela no tiene un nombre muy claro, extendiéndose intencionadamente la idea de cualquier madre de la patria China a mediados del siglo XX. El patriarcado aparente es en muchas ocasiones un matriarcado en última instancia.

Porque coincide que los seres más oprimidos desarrollan mejor el ingenio necesario para sobrevivir. Una madre china en un entorno rural debía ser el sustento básico de una estructura familiar, la mayor fortuna posible asomaría entonces como una flor del destino para el patriarca de turno…

La madre pearl
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