El idealismo más comprometido con lo humano, y llevado hasta sus últimas consecuencias siempre se orienta hacia la izquiera, hacia lo social, hacia el proteccismo estatal respecto al ciudadano y frente a los desmanes de un mercado que, liberado de toda atadura, siempre acaba limitando el acceso a la riqueza (Si al mercado se le permitiera todo acabarÃa deborándose a sà mismo, eso está claro en la tendencia actual).
Ser idealista en este sentido y existencialista por convicción filosófica le llevó a Jean Paul Sartre (junto a quien fuera su mujer Simone de Beauvior), a una literatura casi fatalista como tarea concienciadora y a otro tipo de propuestas narrativas como el ensayo para que trataba de compensar ese desgaste propio del que lucha contra gigantes con energÃa, valentÃa y vitalidad. Existencialismo en lo estrictamente literario y compromiso y protesta en cualquier otro ámbito de escritura entre lo social y lo filosófico.
El ser y la nada es, probablemente su obra más brillante, de tinte filosófico pero con un relato social de la Europa devastada tras la Segunda Guerra Mundial. Un libro imprescindible del genio Sartre que nutrió a pensadores pero también a literatos. Una forma de transmitir el mundo (o lo que quedaba de él), que servÃa de estudio antropológico pero que también se convertÃa en fuente para el relato intimista de tantas y tantas intrahistorias de perdedores de la guerra (o sea, de todos)
3 novelas recomendadas de Jean-Paul Sartre
La náusea
Despegar una novela desde este tÃtulo ya anticipa un malestar somatizado, una irrupción visceral del desencanto. Existir, ser, ¿Qué somos? No se trata de preguntas lanzadas a las estrellas en una fantástica noche de cielo despejado.
La pregunta va hacia adentro, hacia lo que nosotros mismos podemos buscar en el oscuro cielo del alma. Antoine Roquetin, el protagonista de esta novela no sabe que alberga esta pregunta latente, pugnante por pronunciarse con sus pesados interrogantes. Antoine sigue con su vida, sus avatares como escritor e investigador. La náusea es ese momento crÃtico en el que surge la duda de si somos algo en lo fundamental, más allá de nuestras rutinas y tendencias.
Antoine escritor se convierte entonces en Antoine el filósofo que busca la respuesta y cuyas sensaciones de limitación pero de infinitud, de melancolÃa y de necesidad de felicidad.
El vómito se puede controlar ante el mareo de vivir, pero sus efectos siempre quedan… Siendo esta su primera novela, pero ya alcanzados los treinta y tantos, se entiende esa madurez temática, el filósofo iba creciendo, el desencanto social también se potenciaba, la existencia parecÃa simplemente fatalidad. Un cierto regusto a Nietzsche se desprende de esta lectura.
TrilogÃa los caminos de la libertad
A mi entender pocas unidades de un volumen literario se necesitan tanto una a la otra como el caso de esta trilogÃa. El mundo se movÃa entre el miedo por su propia destrucción total.
Las bombas atómicas ya habÃan abierto el camino. Las ansias de guerra se disimulaban por un último ideal de supervivencia de la especie.
La guerra frÃa estaba servida. ¿Qué libertad podÃa haber entonces? «La última oportunidad», «El aplazamiento» y «La muerte en el alma» se encargan de devolver la esencia al individuo sometido a años de miedo. La libertad sonaba por aquellos años a algo propio solo de los más favorecidos.
Existencialismo y felicidad, conceptos practicamente contrapuestos que encuentran en esta obra un espacio de connivencia (que no de convivencia) Europa, sus habitantes deberÃan volver a a prender a existir libremente para recuperar la posibilidad de ver destellos de felicidad.
A puerta cerrada
Qué serÃa del existencialismo sin visualizar las ancestrales ideas de Dios y del Diablo. Un tema que Sartre también toca en otros libros.
En lo que toca a esta obra de teatro, seguimos a tres peresonajes condenados al infierno. En ocasiones Sartre divisa el infierno como la propia Tierra.
Un mundo en el que no podemos conocer toda la verdad, lleno de sombras y limitaciones de la razón se asoma como el peor de los infiernos. La propuesta, gracias al diálogo propio del teatro, aligera mucho las ideas más pesadas sobre nuestro devenir y nuestro destino último.
Existencialismo entretenido con un regusto fabuloso, tétrico… una obra muy completa. Leer teatro siempre puede estar bien, más aún en casos de autores muy trascendentales como Sartre. Recomendado para iniciarse en el genio.