Hay abogados que se pasan a la literatura de ficción como John Grisham y otros abogados como Philippe Sands que novelan la realidad desde un compromiso plasmado en ensayos y otros libros de no ficción. Obras entremezcladas con retazos autobiográficos y crónicas de esa verdad alternativa que se escurre bajo la realidad misma, en un cauce freático respecto a lo comunmene conocido.
Porque en el desempeño togado de Sands ha podido acercarse a lo más sórdido de la política internacional. Hasta el mismísimo punto en el que novelar algo se queda corto y se hace necesario ese relato más próximo a la realidad que haga justicia al saber más ignoto para los ciudadanos de a pie.
Es curioso que recientamente me acordara de Ben Pastor y hoy sea Sands quien acuda a este blog, pero las sinergias temáticas son así, una cosa te recuerda a la otra. Si con Ben Pastor nos adentramos en el Tercer Reich desde ficciones arrebatadoras, con Sands deambulamos por los despachos de las altas esferas de la alemania Nazi hasta cualquier otro espacio de decisión del mundo. Porque era y es allí donde se sopesan, se equilibran y se venden las mentiras má piadosas que mueven el mundo.
Top libros recomendados de Philippe Sands
Ruta de escape
Cualquier doble vida es insana de llevar. Porque la bipolaridad asoma mucho más siniestra que la simple afección psiquiátrica. ¿Quién eres el hombre o la mujer infiel o la pareja ejemplar? ¿Cual es tu piel la de la persona amable o la del asesin@ en serie? Ni te digo ya lo que debe ser arrastras los pies en el felpudo para entrar a cada a la par que esperas que las cenizas de tu fascismo se aferren a ese pequeño trapo bajo tus pies…
En julio de 1949 ingresa en un hospital de Roma un hombre aquejado de una afección hepática aguda. Lo han llevado allí unos monjes y se registra bajo el nombre de Reinhardt, que resulta ser falso. Lo visitan un obispo, un médico y una dama prusiana. El paciente acaba falleciendo y la dama prusiana envía una carta a la familia. El nombre verdadero del misterioso enfermo es Otto Wächter, y la carta de la dama prusiana llegará a la esposa, Charlotte, y después pasará a sus hijos. Es al menor de ellos, Horst, al que localiza Philippe Sands, y cuando lo visita en el castillo en el que vive casi recluido, este le dice que «no es verdad que mi padre muriera de una enfermedad».
¿Cuál es entonces la verdad? Y sobre todo: ¿quién era el falso Reinhardt llamado en realidad Otto Wächter? Con un procedimiento de indagación similar al que utilizó en su anterior libro, el aplaudidísimo Calle Este-Oeste, Sands reconstruye la vida de este individuo que estudió derecho en Viena, se marchó de la ciudad rumbo a Berlín, regresó como jerarca nazi y destituyó de sus cargos a los profesores judíos que había tenido en la universidad. Fue después destinado a Cracovia, y allí su firma figura estampada en documentos que llevaron a la muerte a miles de personas, judías en su mayoría. ¿Y por qué acabó en Roma? Estaba allí de camino a Sudamérica, huyendo de incógnito, protegido por algún miembro del Vaticano…
Con el pulso narrativo de la más trepidante novela de espías, Sands explora los motivos que llevan a un hombre a cometer actos atroces y reconstruye el pasado convulso de Europa y la historia de una familia marcada por los pecados del padre… Un libro sobrecogedor e imprescindible.
Calle Este-Oeste
El eje este oeste de la ciudad de Berlín es mucho más que una orientación geográfica. De hecho la separación definida caprichosamente en la ubicación del punto donde comienza el este o donde lo hace el oeste determina la parte más siniestra de la historia de Europa entera…
Quizás no tanto desde el símbolo de estos puntos cardinales específicamente en Berlín pero sí desde el símbolo nace esta historia rescatada como una brillante intrahistoria jamás tan cierta y desconcertante.
En las páginas de este libro excepcional se entretejen dos hilos: por un lado, el rescate de la historia del abuelo materno del autor a partir de un viaje de este para dar una conferencia en la ciudad de Lviv, que fue polaca y actualmente forma parte de Ucrania. Por el otro, la peripecia de dos abogados judíos y un acusado alemán en el juicio de Núremberg, cuyas vidas también confluyen en esa ciudad invadida por los nazis. Los dos judíos estudiaron allí y salvaron sus vidas porque emigraron a tiempo –uno a Inglaterra, el otro a Estados Unidos–, y el acusado –también brillante abogado y asesor jurídico de Hitler– fue gobernador durante la ocupación.
Y así, a partir de las sutiles conexiones entre estos cuatro personajes –el abuelo, los dos abogados judíos que participan en Núremberg, uno con el equipo de juristas británico y el otro con el americano, y el nazi, un hombre culto que acabó abrazando la barbarie–, emerge el pasado, la Shoá, la Historia con mayúsculas y las pequeñas historias íntimas. Y frente al horror surge la sed de justicia –la lucha de los dos abogados por introducir en el juicio el concepto de «crímenes contra la humanidad»– y la voluntad de entender lo sucedido, que lleva al autor a entrevistarse con el hijo del criminal nazi.
El resultado: un libro que demuestra que no todo estaba dicho sobre la Segunda Guerra Mundial y el genocidio; un libro que es al mismo tiempo un bellísimo texto literario con tintes detectivescos y de thriller judicial, un relato histórico sobresaliente sobre el Holocausto y los ideales de unos hombres que luchan por un mundo mejor y una meditación sobre la barbarie, la culpa y el deseo de justicia. Pocas veces está tan justificado aplicar a una obra el calificativo de imprescindible.