Los mejores libros de Luisgé Martín

En el escritor madrileño Luisgé Martín descubrimos a uno de esos narradores originales por puro empeño. Sus novelas y ensayos entroncan con esa visión fatalista de todo. Una lucidez, con su punto siniestro, frente a la que no queda otra que sobreponerse y salir a partirse la cara con el destino. Llamémoslo destino o lo que sea que nos mueve como una inercia inapreciable en la marcha ya si colosal del universo.

¿Por qué traer aquí ese contraste entre nuestra pequeñez y el cosmos?. Pues porque en el fondo se trata un poco de eso, en el existencialismo hecho intrahistoria por escritores como Martín; en el pensamiento volcado con rabia; y hasta en el perfilado de personajes que deambulan por la vida con sus pretensiones intrascedentes, descubrimos no obstante un maravilloso contraste. Y es que pese a todo seguimos vivos. Aún no teniendo ni la más remota idea de nada seguimos con esa actitud de civilización capaz de todo, autosuficiente, próxima a lo divino…

El asunto despierta un punto de hilaridad con eco que acaba congelando el alma. En el desarrollo de muchas escenas de las novelas de Luisgé Martín supone un descubrimiento del truco de vivir para el lector, un regreso al niño que contempla desnudo al Emperador y que es capaz de despertar a todos de la alienante inconsciencia. Después ya volveremos de nuevo a nuestras inercias, a la ingenuidad autoinflingida como supervivencia. En el ínterin, disfrutemos de buena literatura.

Top 3 novelas recomendadas de Luisgé Martín

Cien noches

Después de Mariana Enríquez, el siguiente en hacerse con el Premio Herralde de novela edición 2020 fue Luisgé Martín con esta novela. Novelas de uno y de la otra que confirman este premio como uno de los más considerados para la causa de la gran literatura. Porque cada nueva obra galardonada nos conduce siempre a esa orilla terriblemente serena, donde rompen los ecos de las grandes narraciones.

Cien noches es una fábula moral con trazas detectivescas y científicas que indaga en el amor y la infidelidad. Una novela erótica y negra que explora las formas que adoptan las mentiras.

Alrededor de la mitad de los seres humanos confiesa ser infiel sexualmente a su pareja. ¿Pero la otra mitad dice la verdad o miente? Solo hay una forma de comprobarlo: investigar su vida a través de detectives o de medios de espionaje electrónico. Este es el experimento antropológico que plantea esta novela: investigar sin su consentimiento a seis mil personas para elaborar por fin una estadística fiable de los comportamientos sexuales de nuestras sociedades.

Irene, su protagonista, busca en la sexualidad los secretos del alma humana. De joven, viaja de Madrid a Chicago para realizar sus estudios universitarios en Psicología, y allí, lejos de su familia, empieza a analizar casi científicamente a los hombres con los que se cruza y con los que se acuesta. Su mirada fría de investigadora cambia cuando se enamora del argentino Claudio, que arrastra consigo un doloroso secreto y cuya familia tiene un pasado oscuro vinculado con la historia de su país. Cien noches es a la vez una novela de reflexión sentimental, de indagación erótica y de persecución policial de un asesino que no ha dejado ningún rastro de su crimen.

En Cien noches se exploran las distintas formas de amor –algunas radicales y extremas– y los diversos comportamientos sexuales –algunos igualmente radicales y extremos–; se levanta acta de la lealtad, la infidelidad, los deseos inconfesables, los tabús, las medias verdades y los engaños que envuelven nuestras relaciones. Se habla de máscaras y de mentiras. Y a modo de juego se incorporan una serie de expedientes de adulterios que el autor pidió a los escritores Edurne Portela, Manuel Vilas, Sergio del Molino, Lara Moreno y José Ovejero, en un estimulante ejercicio de promiscuidad literaria.

Cien noches

El amor del revés

El lado correcto de las cosas. Algo así como ponerte el calcetín con la costura hacia el interior, como debe ser. Son los dictados de lo correcto que también llega al amor con sus patrones. Las mayorías marcando el paso, un paso de Oca siniestro con ecos de normalidad e integración. La aventura de ir contracorriente lo es más aún en los asuntos del amor…

El amor del revés es la autobiografía sentimental de un muchacho que, al llegar a la adolescencia, descubre que su corazón está podrido por una enfermedad maligna: la homosexualidad: «En 1977, a los quince años de edad, cuando tuve la certeza definitiva de que era homosexual, me juré a mí mismo, aterrado, que nadie lo sabría nunca. Como la de Scarlett O?Hara en Lo que el viento sellevó, fue una promesa solemne.

En 2006, sin embargo, me casé con un hombre en una ceremonia civil ante ciento cincuenta invitados, entre los que estaban mis amigos de la infancia, mis compañeros de estudios, mis colegas de trabajo y toda mi familia. En esos veintinueve años que habían transcurrido entre una fecha y otra, yo había sufrido una metamorfosis inversa a la de Gregorio Samsa: había dejado de ser una cucaracha y me había ido convirtiendo poco a poco en un ser humano.»

El amor del revés es la historia de un camino de perfección que trata de poner al descubierto, sin clichés y sin moralismos, la intimidad desnuda de alguien que de repente se siente apartado de las normas sociales y trata de sobrevivir entre ellas. El autor cuenta su propia vida con una sinceridad a veces hiriente: el descubrimiento de su condición sexual, los primeros amores juveniles, los problemas psicológicos derivados de su inadaptación, la terapia conductual que realizó para cambiar sus inclinaciones enfermas, la exploración del sexo, las primeras relaciones afectivas, los contactos con el mundo gay y el descubrimiento progresivo y tardío de la felicidad, «el valor exacto de la ternura».

Es también el retrato de una sociedad infectada por la intolerancia y por el prejuicio, que busca enfermedades imaginarias para marcar su propio territorio moral. Hasta ahora Luisgé Martín había ido filtrando detalles de su biografía en sus novelas. En este libro convierte en objeto de la narración su propia vida, ejemplar en el sentido clásico del término: sirve para vislumbrar a través de ella las debilidades y las grandezas de la naturaleza humana; sus miserias, sus ambiciones y sus logros.

El resultado de su empeño es una obra de una franqueza arrolladora y una calidad literaria excepcional que rememora décadas de máscaras, tanteos y exploraciones, en un trayecto primero doloroso y después liberador hacia el conocimiento de uno mismo. Un retrato íntimo y sin velos, una portentosa contribución a la literatura autobiográfica.

El amor del revés

La Mujer De Sombra

Las filias sexuales pueden abordarse con frivolidad, para plantearlas como una ligera muestra que erice ligeramente la piel al tacto, o puede ofrecerse como un fuerte licor que degustar hasta lo más hondo de sus flujos. Luisgé Martín paga la ronda para que abrevemos con frenesí de las pasiones extremas, de la llegada a ese punto donde el placer alcanzar a frisar el dolor porque no queda nada más allá del disfrute desaforado.

Pocos días antes de morir en un accidente, Guillermo le confiesa a su amigo Eusebio que mantiene relaciones sexuales sadomasoquistas con una misteriosa mujer. Al cabo del tiempo, y por azar, Eusebio decide buscar a esa mujer para contarle que Guillermo ha muerto y que por lo tanto nunca volverá a llamarla. Y cuando la encuentra se queda hechizado por ella. No se atreve a decirle nada para no tener que desvelar los secretos que conoce, para no ahuyentarla.

Poco a poco se van enamorando. Eusebio espera que ella le pegue, le humille y le maltrate sexualmente como hacía con Guillermo, pero Julia sólo le da caricias y ternura. Ése es el principio de la terrible duda que se abre paso en los pensamientos de Eusebio: ¿una y otra son la misma mujer? ¿La que azotaba con un látigo a Guillermo y la que se abraza a él sosegadamente son la misma persona?

La mujer de sombra es la historia de una obsesión y de un camino hacia el infierno. Es una novela sobre el secreto, sobre la culpa y sobre la identidad. En ella, Luisgé Martín vuelve a indagar en los laberintos más oscuros del alma humana y a pintar esos dilemas existenciales en los que tanta importancia tienen las pasiones sexuales heterodoxas, que están siempre en la frontera de toda moralidad y toda ley.

La Mujer De Sombra
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