Pertenecer a la estirpe de Sánchez Dragó asegura de entrada controversia, reflejo de inercias y prejuicios muy nuestros. Pero podemos apostar sobre seguro que lo que también asegura es una base despojada de dogmas y sus consecuentes hacer las cosas porque sí. Y probablemente eso asegure una personalidad y una creatividad a prueba de bombas.
Hablar de Ayanta Barilli es centrarnos en esa parcela creativa que la está llevando a espacios literarios de manera cada vez más frecuente. Aunque claro, el espaldarazo de ser finalista del Premio Planeta 2018 seguro que ayuda a continuar sondeando nuevos escenarios.
Y aún así pronto descubrimos la justificación esencial de escribir, esos motivos que van mucho más allá de reconocimientos. Uno escribe cuando tiene algo que contar. Ayanta Barilli hace introspección en cuanto se dedica a extender su obra. El resultado es una propuesta intimista
Top 3 novelas recomendadas de Ayanta Barilli
Un mar violeta oscuro
Sola, en medio del océano. Esperando únicamente el naufragio para estar aún más sola. Literatura hecha feminismo comprometido desde el relato del abandono de una misma. Asumir y disimular, esperar lo peor quizás como mejor última opción. Tener todo perdido porque nunca se supo o pudo ganarse, al menos, una oportunidad.
Elvira se casó con Evaristo, un demonio que sembró el miedo y la locura. Su hija Ángela renunció a sí misma por un marido ausente, siempre en los brazos de otras, incapaz de ocuparse ni de ella ni de sus hijas. Y la indómita Caterina, tercera de la saga, acabó enamorada de otro ser diabólico, sin tener conciencia del peligro que corría. Sólo Ayanta, última descendiente, se enfrentará a su herencia transitando el camino de los recuerdos y de la verdad.
Un mar violeta oscuro es la historia de una rebelión ante la amenaza de ese destino que parece ineludible, el de muchas mujeres sometidas a las condiciones del tiempo que les tocó vivir, el de tantas protagonistas anónimas que lucharon por ser felices, por ser libres.
Si no amaneciera
Si no amaneciera podría ser la noche perfecta en la que no deja de sonar tu canción. Pero también podría ser el suplicio de quien agoniza en espera de las próximas luces como si nunca fueran a llegar. En mitad de esa noche por momentos fugaz, por momentos interminable, se cobija nuestro pasado. Recordar es ir aportando amaneceres a los momentos que aún quedaron demasiado sombríos. De adulto a adulto la relación paterno filial cobra otra dimensión. Y si es posible convienen iluminar esas verdades que jamás amanecieron.
Un padre. Una hija. Frente a frente. Que juegan a sostener la mirada. Atraviesan el cristal de sus pupilas, caen en el precipicio del pasado, descubren el parpadeo de los fotogramas de una película. La suya.
Cien años de historia contados en un día. Un viaje que empieza, y termina, al amanecer. Cuando las primeras luces del alba iluminan lo que ignoraron. Lo que olvidaron. Lo que escondieron. Y, deslumbrados por aquel hallazgo, encuentran al fin lo único que importa: el amor.
Una mujer y dos gatos
El nido vacío se llena extrañamente de gatos. Esos seres que apenas buscan unos instantes de roce para desparecer inmediatamente sin el menor atisbo de emoción. Todo lo demás es tiempo que entregarse a uno o una misma. La autora supo dedicar esa fase de su vida a una narrativa terapéutica en la que escribir ese libro que toda alma hilvanar en algún momento de la existencia para dar fe de todo lo hecho y lo que pueda haber pendiente.
La protagonista, trasunto de la propia autora, relata y desgrana una etapa de soledad, marcada por una ruptura sentimental y la marcha de sus hijos, cada uno a un destino que no puede visitar.
En el transcurso de estos meses, acompañada tan solo por sus dos gatos, la escritura se convertirá en el único acto de resistencia posible frente a la adversidad. Repasará los momentos clave de su existencia, vistos desde una óptica obligadamente distinta, en la que una mujer -que es también hija, madre y amante- se convertirá en una mentirosa. La desobediencia será la luz que alumbrará su camino.
