Los 3 mejores libros de Federico García Lorca

Nada más empezar debo reconocer que mi perspectiva sobre Federico García Lorca es un tanto sesgada. Porque mi acercamiento a la poesía ha resultado siempre infructuosa (limitaciones líricas de uno), así que de este autor andaluz y genio universal solo puedo opinar desde su lado prosaico, aquel que lo vinculó al teatro con obras tan universales como sus versos. Algo similar me ocurrió en su momento al postear sobre Becquer. En ambos casos me quedo con el lado puramente narrativo.

La cuestión es que no se puede negar que al escuchar algún poema de Lorca recitado con honda pasión, como «La cogida y la muerte» con esa letanía en torno a las cinco de la tarde, algo se conmueve hasta en los más profanos como yo. Pero abundar en la lectura de poemas acaba siendo en mi caso ambrosía para hocico de burro, como el de un servidor.

Así que si has llegado hasta aquí sábete que vas a encontrar una selección de obras de Lorca en ese desempeño propio de la dramaturgia, donde la elegancia, la melancolía y un revisionismo crítico del costumbrismo español van dándose paso por las escenas de unas tramas vibrantes sobre el amor y la muerte.

Prevenidos todos, y sin profundizar en las penosas circunstancias vitales que además del genio erigieron al mito y que por desgracia sentenciaron a muerte a la persona y a la que podía ser una obra aún más gloriosa, vamos allá entonces con mi selección…

Top 3 libros recomendados de Federico García Lorca

La casa de Bernarda Alba

Si verdaderamente las etiquetas sirven para algo, la reconocida generación del 27 aunó un espíritu vanguardista que fue emergiendo en el conjunto de muchos otros autores como Lorca.

La semilla de la modernidad invadía a todos aquellos autores que, agrupados por necesidades académicas de estudio de la Literatura, simplemente planteaban una regeneración formal del lenguaje con esa progresividad natural de los cambios de época.

Esta obra es a la vez continuista y en esencia rompedora, porque la tragedia aparente de Bernarda, enlutada desde fuera en su viudedad hasta que el negro de rigor la acaba ocupando desde esa ostentación impuesta exterior hasta lo más hondo de su alma. Todo lo que rodea a Bernarda debe ceñirse a ese luto prolongado.

Y, sin embargo, las hijas van encontrando formas para eludir la presencia de una madre convertida en exterminadora de cualquier esperanza. El dramático final descubre el cruel arraigo de la moral impuesta pese a todo lo vivido.

Bodas de sangre

La obra teatral más lírica de un Lorca conmovido por el argumento que acabó impregnando la escenografía de versos de amor y desamor, de melancolía y frustración del alma ante la imposibilidad de un amor no ya romántico sino viciado por costumbres y repudias morales.

Las escenas avanzan cargadas de esos símbolos propios de unos versos que cantan a desgarro, a oscuridad y también a pasión invencible y sangre hirviendo a borbotones.

Cargada de aroma a pasiones del sur, esta obra aborda la locura de los imposibles a los ojos de los demás. Personajes prácticamente anónimos hechos símbolos que se fusionan con la luna o la muerte, una especie de fábula teatral desde la tragedia más mundana del amor imposible.

Yerma

El ciclo de la vida era una máxima que todavía hoy fundamenta las uniones matrimoniales religiosas. Pero nada que ver el presente con aquellos días en los que un vientre infértil pasaba a ser el abismo de un vacío insuperable para una mujer, el símbolo de un fin anticipado.

Algo así como la negación de Dios a la mujer, la nueva culpa de Eva, el incumplimiento del rol fundamental. Solo que Yerma sabe cual es el origen de su trágico destino. Juan no es el hombre capaz de producir el germen de vida en su seno.

La tragedia se acerca entonces al hombre, como una espada de Damocles que invariablemente va a acabar por llevárselo por delante… A medio camino entre la tragedia de una maternidad que no llega y la sensación de que todo nace de una moral retrógrada y culpabilizadora, las escenas se suceden con la noción de la locura asomando cada vez con mayor intensidad.