Los 3 mejores libros de Nick Hornby

Pocos autores tan fieles con la realidad más próxima como Nick Hornby. No se trata tanto de circunscribirlo a un realismo crudo, que también,  sino que nos referimos más al acercamiento a esa especie de antropología social que compone una buena narración de crónica social.

Con las contradicciones y las paradójicas intervenciones del ser humano insertado en la sociedad con el calzador de la moral general, los usos, costumbres y leyes.

La cuestión es conseguir todo esto desde una narrativa de ficción que resulte sugerente. Y Nick Hornby lo consigue. En primer lugar porque el alejamiento de idealizaciones retóricas sintoniza con nuestro estilo de vida.

En segunda instancia porque los personajes de Hornby pueden llegar a ser hasta mezquinos por simple supervivencia, interesados y aparentemente cínicos o hasta crueles.

Pero, ¿acaso no es eso ser humano? ¿En que momento nuestra esencia es la bondad más allá de los espejos deformantes de nuestra propia idealización?

A la postre, las narraciones con ese protagonismo esencialmente humano, capaz de representar lo mejor y lo peor de una misma persona en instantes consecutivos, acaba por encontrar la onda perfecta para cualquier lector.

Un lector que descubre simetrías en unos personajes ubicados en Inglaterra en el caso de este autor, pero con idénticas réplicas del mundo real en España o en Japón (por citar tres paises de culturas distintas)

Así, al final se trata de leer y de disfrutar de una escenificación en la que otros como tú viven cosas como tú. Lo trágico, el fracaso, la pérdida…, lo humano se empapa sobre todo de eso. Y nada mejor que representar a esa especie de losers que somos todos en potencia para acapar la atención sobre unos protagonistas hechos antihéroes.

Si además te digo que los libros de Hornby se leen de manera ágil por ese mismo protagonismo del diálogo o la reflexión ad hoc, y que además siempre se encuentra esa crítica mordaz en un estilismo muy cuidado para cada ocasión, estoy seguro de que te lanzarás sin más demora a conocer su obra.

Top 3 libros recomendados de Nick Hornby

Alta fidelidad

Una novela tanto para melómanos como para ese friki que todos llevamos dentro en tanto en cuanto acabamos contemplando la anomalía que representamos frente a cualquier tipo de imposición social.

El treintañero Rob Fleming es uno de esos Peter Pan que debe su etiquetado a su orbitación en torno a la música y a la esperanza por el resurgir de su desastrosa tienda de discos. Laura lo ha dejado y él aprovecha para volver a disfrutar a tiempo completo de sus amigos tan separados de la realidad como él gracias a la música y el cine.

No es que Rob sea infeliz junto a sus colegas Barry y Dick. En ocasiones no hay cómo dejar que las cosas simplemente fluyan para acabar encontrando nuevas opciones de amor.  Marie es una chica interesante que parece compartir, esta vez sí, pasión por la música.

Pero los trazos de la vida son inescrutables. Y Laura regresa cuando ya nadie la esperaba. Elegir a los treinta y seis años es más dificil que hacerlo a los veintitantos. Y todos estamos postergando decisiones continuamente en este estilo de vida procrastinador de lo esencial.

Pero, también Rob nos hace considerar el hecho de que, una vez sobrepasado el tiempo de las decisiones, quizás descubramos que nada era para tanto. Y entonces sí puede que seamos más libres incluso para estamparnos contra el muro de la realidad mientras suenan los compases de nuestra canción favorita.

En picado

En el olímpico ejercicio del suicidio desde las alturas hay algo de búsqueda de una épica final, o de improvisación por falta de recursos. Pero bueno, en el caso de Martín, Maureen, Jess y JJ el asunto alcanza límites de celebración orgiástica de la muerte.

La torre de los suicidas los concita por casualidad durante una nochevieja (¿que mejor momento para dejar el mundo que un final de año?). Pero el problema es que, desde que el mundo es mundo hay aspectos que el ser humano lleva en privacidad, los asuntos del baño y los asuntos del alma. Suicidarse es del segundo tipo.

Quien se quiere ir lo hará solo. Y quien lo hace con grandes teatralizaciones es que no lo tiene muy claro aún. Así que, habiéndose encontrado en la torre con la misma voluntad compartida, ninguno de ellos se tira al vacío por el overbooking. Y sin embargo los cuatro estrechan lazos y posponen su muerte hasta San Valentín. Un mes y medio hasta la nueva fecha en la que cada cual deberá dejar todo bien atado.

Un gran chico

Su obra más tierna. Will es un nuevo Rob, el arquetipo del adolescente sin fin que se encarama a los cuarenta sin fijar las bases de una existencia adulta. Aunque en el fondo Will es ese otro Peter Pan por motivos bien distintos.

Él vive de manera holgada y jamás ha necesitado trabajar. La fortuna de su atractivo físico y su saber estar a la última le grajea ese halo del triunfador, solo que el trofeo de su propia vida se le escapa sin que lo perciba en la vorágine de sus días.

Amante en muy distintas camas, Will acaba transformándose en un conquistador de madres solteras, su pieza más codiciada. Hasta que se topa con Marcus, un chaval de 12 años con el que Will establecerá una muy especial conexión que lo conducirá por lo que él mismo fue y lo que es, avanzando sin freno por su calendario futuro de oportunidades perdidas. Will y Marcus son dos protagonistas maravillosos hacia la consciencia de vivir.