Los 3 mejores libros de Mary Kubica

La escritora estadounidense Mary Kubica es otra gran representante de la corriente del thriller doméstico. Un particular subgénero que cada vez más llama la atención de lectores que descubren en esas tensión, puertas hacia adentro de los hogares más insospechados, un gusto morboso, un reflejo inquietante. Junto a Mary podemos citar a Shari Lapena y tenemos ya encumbradas a dos mujeres escritoras que desarrollan como nadie tramas de ésta índole.

Y es que en esa cuna fundamental de las emociones que es cada uno de nuestros hogares, allí donde nos quitamos la primera máscara de lo social, es donde nos exponemos en mayor medida a las verdades más hondas.

Así podemos descubrir, quizás por desgracia más tarde que pronto, que vivimos con un psicópata amenazante, o que nuestro hijo querido hijo adolescente esconde espeluznantes secretos, o nos veamos impelidos a participar en el encubrimiento de lo atroz en defensa de nuestra familia…

Son solo ejemplos. Pero lo cierto es que hay mucho argumento desde el que componer una de estas nuevas tramas que nos proyectan a los más inquietantes de los supuestos, a ese enemigo en casa, a ese terror que habita dentro, en cada estancia de nuestra hasta entonces cómoda morada.

Así que, si eres de esos que le gusta mirar por el ojo de la cerradura, en busca de las verdades más crudas, del muerto que cada familia esconde bajo la alfombra, bienvenido al universo Mary Kubica.

Top 3 novelas recomendadas de Mary Kubica

Una buena chica

Mia Dennett es la buena chica. Una joven confiada, habitante del lado amable de la vida, incapaz de divisar las sombras desde las que acechan tantos peligros. Más aún en una noche cerrada ante una cita frustrada, un plantó en toda regla que dejó a la chica compuesta pero sin compañia en un garito perdido en la ciudad.

El tanteo de la gente que se mueve en la noche es una ruleta rusa para una chica como Mia. Los encantos de Colin Thatcher fueron suficientes para convencerla de pasar una noche divertida juntos.

Entre el despecho por el abandono y las ansias de aventura, Mia no quiere considera que pueda estar actuando de manera imprudente. Porque en poco tiempo Mia descubrió que había sido raptada y conducida a algún lugar remoto.

Pero más allá de las indagaciones en su búsqueda, encabezadas por el detective Gabe Hoffmano y la familia, lo más interesante de la novela llega en una trama paralela que sirve para desfigurarlo todo, para descomponer esa familia idílica atenazada por la pérdida de su hija.

Las situaciones de estrés pueden acabar por sacar lo peor de cada cual. Y en ocasiones lo peor son los secretos, ese muerto bajo la alfombra que, con la llegada de la policía y sus pesquisas, se hace dificil ocultar un hedor en torno a casa y familia Dennett.

Una buena chica

Una chica desconocida

La decisión samaritana de Heidi Wood de acoger a aquella joven abandonada a su suerte y con un bebé entre los brazos estaba muy en sintonía con su visión bondadosa del mundo.

Su familia no las tenía consigo. Willow era una extraña en situaciones extrañas, el prototipo de persona a la que un aura de problemas circunda con inquietantes sospechas siniestras.

Pero precisamente por ser la maravillosa persona que es, con su fijación por las causas perdidas, en su casa tanto su marido como su hija saben que ya no va a ceder. Heidi no va a dar vuelta atrás toda vez que la joven a atravesado el umbral de su casa con el pequeño bebé tan necesitado de algo parecido a un hogar.

Claro está que poco a poco las sombras de Willow se van cerniendo sobre la casa, mitad preaviso de la propia familia de Heidi, mitad natural conocimiento de las circunstancias de la desconocida.

El bien o el mal es un mismo plano que pisamos indistintamente en base a apreciaciones variables. Lo que Willow oculta pueden ser secretos necesarios, tan graves como necesarios para su supervivencia. Pero… ¿hasta que punto se puede impliar Heidi? ¿Puede ser que todo se gire en contra de su propio hogar?

Una chica desconocida

No llores

Chicago, la ciudad del viento. Una gélida e intensa corriente de ese viento parece levantar de su sitio a Esther Vaughan y llevársela para siempre como Dorothy Gale en el mago de Oz.

A ambos planos de la realidad dos instantes, la Esther Vaughan que dejó sola a su compañera de piso con las más inquietantes pistas sobre su posible destino y al otro lado la aparición de una joven en un pequeño pueblo con vistas al Atlántico.

El nuevo personaje que sucumbe a la desconocida es Alex Gallo. Y sí, hay un tercer plano, el nuestro como lectores, tratando de casar las imágenes y las pistas a uno y otro lado de la trama, componiendo con más pena que gloria los retazos de esa mujer o esas mujeres que dejan la escena o que entran a ella.

Una gran novela hacia uno de esos finales que confluyen en un punto explosivo entre líneas temporales no preparadas para tocarse.

No llores, de Mary Kubica
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