El trascendentalísimo salto de Mark Haddon a la narrativa para adultos tuvo su particular notoriedad en esa mágica novela sobre un incidental caso en torno a su perro a medianoche, destrozando «un poco» el título de su emblemática obra.
Pero la cuestión es mantenerse, más allá de los golpes de efecto comerciales tipo John Boyne y su pijama a rayas o Yann Martel con su vida de Pi. Y cito a Boyne o a Martel porque ambos comparten esa llegada al bestseller desde lo fantástico, lo alegórico, la revisión del drama del mundo desde una infancia capaz de transformarlo todo con su mágica subjetividad.
En eso Haddon también es un maestro, más curtido incluso que los antes citados porque él llevaba o lleva, porque ciertas cosas nunca se abandonan, una considerable carrera en narrativa infantil.
Ahí está el truco de este tipo de libros universales tras la estela del Principito en sus múltiples posibilidades de adaptación a la lectura más adulta. Despertar a nuestro niño interior para redimirnos durante el tiempo que leemos al menos, ya que en casi todo lo demás nos acabamos fallando. Una reconciliación de Haddon toma como principal horizonte narrativo.
Top 3 libros recomendados de Mark Haddon
El curioso incidente del perro a medianoche
Con el paso de los años perdemos la visión que no la vista. Conforme nos hacemos mayores enfocamos en aspectos que transcurren paralelos al horizonte, apartándonos de la luz esencial. Y la ardua tarea de la reubicación solo puede correr por cuenta de los consejos del psiquiatra o los de la voz interior.
El protagonista de esta historia, Christopher Boone, es uno de los más originales que han surgido en el panorama de la narrativa internacional en los últimos años, y está destinado a convertirse en un héroe literario universal de la talla de Oliver Twist y Holden Caulfield.
A sus quince años, Christopher conoce las capitales de todos los países del mundo, puede explicar la teoría de la relatividad y recitar los números primos hasta el 7.507, pero le cuesta relacionarse con otros seres humanos. Le gustan las listas, los esquemas y la verdad, pero odia el amarillo, el marrón y el contacto físico. Si bien nunca ha ido solo más allá de la tienda de la esquina, la noche que el perro de una vecina aparece atravesado por un horcón, Christopher decide iniciar la búsqueda del culpable.
Emulando a su admirado Sherlock Holmes -el modelo de detective obsesionado con el análisis de los hechos-, sus pesquisas lo llevarán a cuestionar el sentido común de los adultos que lo rodean y a desvelar algunos secretos familiares que pondrán patas arriba su ordenado y seguro mundo.
El delfín
Nada nuevo bajo el sol, anunció el rey Salomón y la frase quedó registrada como signo de un devenir humano de carácter cíclico, como los propios giros en suspensión por el universo.
Siempre está bien revisitar a los clásicos. Y hay quien, como Irene Vallejo actualmente, que es capaz de mostrarnos ese camino en paralelo entre el remoto ayer y el hoy. No hay tanto cambio en lo que esencialmente somos.
En el caso de Haddon, su intención es traernos hoy a Shakespeare para que veamos como esa sensación de lo trágico otrora sobreactuado, se nos plantea hoy como lo más cierto en una existencia guionizada desde el más puro histrionismo.
En El delfín, Mark Haddon ha elaborado una recreación contemporánea de una de las tragedias menos conocidas de Shakespeare, Pericles, príncipe de Tiro, versión a su vez de la leyenda de Apolonio de Tiro. El relato clásico narra la huida del héroe, perseguido por el rey Antíoco, tras haber revelado la relación incestuosa del rey y su hija.
Con una prosa elegante y descriptiva, Haddon traslada esta historia mitológica al presente para reflexionar sobre las relaciones paternofiliales y el papel de la mujer en la sociedad actual. Un libro fascinante, de lectura deliciosa, que nos sumerge en un mundo de leyendas y mitología, con historias que se abren dentro de otras historias, engarzadas por una maraña de referencias perfectamente tejidas por la pluma del autor.
El hundimiento del muelle
Las distancias cortas, el relato, el golpe directo sobre la guardia bajada. Un buen escritor de relatos es el púgil que se te pone en frente y se prepara para batirse contigo en un único asalto. Tanto que contar y tan corto espacio que las escenas deben ser directas y el final un ko total o al menos técnico.
Haddon es un gran narrador para niños y jovenes. Y eso también ayuda lo suyo porque son los pequeños quienes más disfrutan de una literatura escueta, al menos hasta que son más mayores.
Este volumen es tan breve como intenso, tan trascendente como ligero en su representación de cada narración. Esa es la magia del buen narrador, del cuentista, del antaño trovador capaz de embaucar con un sencillo vestido que acaba mudándose al más elegante y existencial de los relatos.
Los nueve relatos de esta lírica y poderosísima colección se adentran en diversos territorios (la aventura clásica, la ciencia ficción, el cuento alegórico o el realismo despiadado), pero Haddon despliega en todos ellos su inigualable destreza estilística y esa empatía que ha hechizado a los lectores de sus novelas.
El resultado final es una fascinante reflexión sobre la condición humana, la soledad que nos atrapa y los vínculos que, pese a todo, siguen uniendo a los seres humanos. Quienes gozaron con «El curioso incidente del perro a medianoche» hallarán aquí al mejor Haddon.
