Los 3 mejores libros de María José Moreno

Si la psique es eso que llamamos alma y que se va componiendo de consciencia, voluntad y lo que pueda quedar de nosotros tras lo físico, sin duda el atrevimiento de la psiquiatría es lo más parecido a estudiar los enigmas más hondos de la humanidad.

Y claro, eso se luce cuando una psiquiatra como María José Moreno se pone a escribir novela con ese gusto por lo misterioso, lo criminal o el suspense materializado de dentro hacia afuera, del alma a la acción última del personaje en cuestión.

Tramas que nacen desde el pozo de sus protagonistas hasta la realidad, emergiendo como un iceberg del que el lector ya sabe que hay más en cuanto lo divisa, mucho más.

Abandonando por fin las analogías psiquiátricas y pasando a las metáforas, sin duda las novelas de María José Moreno se devoran en pocas sentadas gracias al feliz encuentro entre los enigmas y la acción, entre la noción del crimen y el criminal y la investigación para detener ese mal.

Novelas sueltas que inquietan o fascinan o su ya célebre Trilogía del mal. Cualquier libro es bueno para empezar con esta autora.

Top 3 novelas recomendadas de María José Moreno

Aquella vez en Berlín

El trauma lo es por su naturaleza irreversible, por su composición indisoluble con la culpa, por su aroma perpetuo a la derrota existencial más honda. Puede sacudir en cualquier momento y nunca se sabe cómo es mejor afrontarlo. Para Richard Leinz, el hecho de descubrir que toda su vida se desmorona por algo que no debió ocurrir hace muchos años no le alivia de sensaciones lúgubres sino todo lo contrario.

Hace casi media vida que tomó la decisión más desacertada en la disyuntiva menos oportuna. El investigador Parker lo pone al corriente sabe Dios con qué interés. Pero de inmediato consigue que Richard se lance a esa recomposición imposible a la que lo impele frenéticamente la culpa. En el viaje de Richard a los lugares del pasado que jamás regresan, en la cruzada de su voluntad por deshacer los nudos apretados para siempre, descubrimos a otros personajes esenciales de esa vida que parece hacerse añicos de repente. Marie, el viejo amor, Thomas como fiel colaborador de Richard.

Todo cuanto ambos hagan no hace sino ahondar en esos enigmáticos y laberínticos transitares del ser humano por su existencia cuando las sombras, los miedos y sus demonios pujan por alcanzar el presente para ocuparlo todo. El periodo histórico acompasa perfectamente ese entramado oscuro de una intrahistoria que acaba convergiendo en la fatal sinergia de los años más duros.

Aquella vez en Berlín

La caricia de Tánatos

Las trilogías requieren de una consideración mucho más allá de la voluntad de contar una buena historia. Hay más de documentación, de profuso trabajo, de equilibrio entre las partes, de puertas que se abren y cierran entre las tramas.

Una trilogía o cualquier obra más extensa es una obra de ingeniería literaria que, en el caso de este inicio de la Trilogía del mal destapa todo ese exhaustivo conocimiento de la autora sobre las posibilidades de la mente humana encerrada en torno a lo oscuro, lo obsesivo desde simples malas tendencias como envidias o nacientes desde viejas sombras de abusos y padecimientos. Mercedes Lozano sabe mucho de todo ello como psicoterapeuta. Pero claro, en su mundo debe marcar esa necesaria frontera emocional para poder actuar con la profesionalidad y solo bajo su profesionalidad. Es como intentar ser pulcro y aséptico en algo. Hasta que salta la mancha y conforme tratas de reducirla se extiende y se hace más grande.

Para Mercedes Lozano todo empieza con la incómoda sensación de alguien que pretende acosarla o al menos asustarla. Pero quizás esa incomodez la vaya afectando hasta dejarla con las guardias bajas. El mal es esa mancha que puede salpicar a cualquiera. La conciencia siempre puede albergar y traer al presente un trauma emborronado desde la infancia. Es así como Mercedes Lozano acabará empatizando demasiado con sus pacientes, hasta sentir esos mismos miedos y dejar nacer las crecientes flores del mal que arraigan desde el alma hasta el pecho.

La caricia de Tánatos

Bajo los tilos

El más pintado guarda al menos un secreto, su secreto. Qué menos que eso para hacer gala de esa humanidad capaz de ceder a una tentación o capaz también de sucumbir al mal. Pero claro, pensar en los padres como posibles mantenedores de ominosos o al menos inquietantes secretos se nos puede hacer bastante más extraño e incómodo.

Elena es esa madre que un mal día toma un avión de Madrid nada menos que hasta Nueva York. Jamás su familia podía imaginar que es lo que esperaba encontrar ahí. Y pese a todo, lo peor es que ella no volverá para contarlo porque jamás salió viva de ese fatídico viaje en avión. María, su hija se ve incapaz de renunciar a ese anhelo por saber tan humano. ¿Para qué viajaba a Nueva York su madre? La desesperante sensación de que nada podía reclamarla tan lejos en un viaje que había acabado por acabar con todo se convierte en misión ineludible.

Y sí, claro que descubrimos los motivos para el viaje, quedaremos debidamente al corriente del fundamento para esa intempestiva escapada al otro lado del mundo. La cuestión es si seremos capaces de sobreponernos a los descubrimientos que le tocarán afrontar a María. Porque los secretos de una madre pueden ser completamente transformadores para una vida.

Bajo los tilos
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