Los 3 mejores libros de John Edward Williams

El escritor John Edward Williams es uno más en la suma de ejemplos de escritores que descubren la vocación por contar historias desde la suma de experiencias. Y son estos escritores los que acaban convirtiéndose en versos libres que escriben cuando quieren y como quieren.

Digamos que cuando en Estados Unidos lo que se llevaba en los cincuenta y sesenta del siglo XX era leer a la generación Beat, (esa literatura en busca del hedonismo, en sintonía con el realismo sucio de Bukowski y heredera de la Generación perdida de Hemingway o Faulkner), otros escritores como Truman Capote o el propio Williams hablaban del hecho de escribir porque sí, para mitigar o trasladar vivencias, impresiones o ideas.

Y claro, John Edward Williams apuntó maneras desde bien joven, con su carácter díscolo y el encuentro con las filas del ejército como la única opción para tratar de encauzar con esa inveterada costumbre de enrolarse para tratar de hacer del niño al hombre.

Sin saber nunca del todo si aquello sirvió para macerar una voluntad más adulta, sí al menos sirvió para urdir las mimbres del escritor. Entre sus remotos destinos como sargento perfiló sus primeras historias. A su regreso, John Edward se dió una nueva oportunidad para acabar siendo Doctor en Literatura Inglesa.

Su bibliografía de ficción no es muy extensa. Pero cada una de sus novelas es una oda a la perfección. Realismo, ficción histórica o hasta existencialismo antropológico. Siempre resulta gratificante entregarse a la lectura de cualquiera de sus libros para descubrir el intenso compromiso literario de, como decía antes, este verso suelto de la historia de la literatura.

Top 3 novelas recomendadas de John Edward Williams

Stoner

No cabe duda de que se disfruta más aún de lo sencillo cuando uno está asediado por el ruido generalizado, las altisonancias o grandilocuencias narrativas. Y esta es una novela de trama sencilla. Pero con esa elegancia que acaba dotando de alas al existencialismo que subyace en lo cotidiano.

Conocer a William Stoner es enfrentarse a las decisiones más relevantes y a la vez las más universales. William Stoner nos guía por su vida como si en ese tránsito se dilucidara también nuestro futuro y la carga de las culpas que acaban por ir cargándose en todo bagaje vital.

Pero también en esos detalles cotidianos hay mucho de resiliencia, de superación del más infausto augurio de que quizás nada tenga sentido o más bien que nada está en nuestras manos una vez que elegimos una opción. Stoner y su fracaso matrimonial, Stoner y su pasión por una Universidad al que su padre envió anhelando su pronto regreso. Nunca es fácil hacerse merecedor de esa calma deseable para cualquier vida.

Pero entre las tormentas que asoman en el horizonte de Stoner acabamos descubriendo el mismo aroma a humedad que se nos aproxima, la misma sensación de las gotas que empiezan a mojar nuestra camisa justo antes de acabar empapados de un realismo que nos cala hasta lo más hondo.

Stoner

Butcher’s Crossing

El Oeste americano vivió en pleno siglo XIX un proceso de colonización salvaje que de alguna forma ha sido siempre maquillado o hasta justificado en el cine western.

La literatura también hizo lo propio señalando la llegada a ese otro lado de Estados Unidos como un proceso hasta necesario. Pero en este caso Williams se escapa de esos escenarios y aprovecha la escenografía de un espacio todavía libre del estilo de vida occidental para presentar una trama brillante.

Se trata de un viaje iniciático, una búsqueda existencial de Will Andrews de un lugar mejor en el que vivir en mitad de la naturaleza. Entre los forajidos que poco a poco van ganando terreno a los indios. Will conoce al cazador de búfalos Miller. Y juntos van adentrándose entre los valles fértiles de ese espacio idílico.

Will parece sentir su sueño palpable. Pero cuando la climatología se vuelve adversa, precisamente esa naturaleza apabullante se tornó exigente para poder sobrevivir. Miller, Will y los otros dos compañeros de viaje se enfrentarán entonces, sobre todo, a ellos mismos.

El hijo de César

En la imprevisible carrera literaria de Williams encontramos esta novela histórica sobre una de las épocas más convulsas del mundo antiguo. Los famosos idus de marzo, los días previos en el que el plan se iba cerrando sobre Julio César.

Las ansias de poder de tantos hombres próximos a los escenarios más altos de poder para una república que todavía se mantenía en su máximo esplendor, pero de la que muchos pretendían levantar un imperio con un emperador único.

Y fue precisamente el hijo de Julio César quien finalmente pudo enfrentarse a los asesinos de su padre para acabar convirtiéndose en emperador.

Pero el proceso no fue tan sencillo, el paso de la República al Imperio bajo el mismo sello de los herederos de Julio César solo se consiguió con un derramamiento de sangre, entre los propios grandes hombres romanos, como nunca se había visto.

El hijo de César
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