3 mejores libros de Alan Pauls

Siempre está bien reencontrarse con viejos amigos como Alan Pauls. Un escritor al que le perdiste la pista es como ese compañero de instituto con el que coincides tomando unas cervezas y con el que acabas mintiendo sobre lo divino y lo humano. Porque novelar es mentir como bellacos. Pero también cualquier espectáculo de magia es un engaño y quien nos engatusa con el as de copas recibe aplausos a cambio.

Así que toca aplaudir el regreso del escritor intermitente, probablemente el más sincero de todos (no solo Pauls sino todo aquel narrador que cuenta algo cuando ciertamente tiene algo que contar). De cualquier modo vamos a disfrutarlo sea cual sea la ocasión en que lo leamos. Porque esa sinceridad que surge imperiosa como novela, ensayo o lo que toque, llega bendecida por el don de la oportunidad.

Tras décadas de escritor con su particular cadencia, Pauls sigue manejando esa batuta de narradores argentinos de primera magnitud. Y eso que actualmente jóvenes valores como Samanta Schweblin, Sacheri y muchísimos otros que cultivan el relato o la novela desde muy diferentes focos pero con esa verdad hermosa y cruda. Pero Pauls se mantiene siempre vigente, en forma. Y además lo de la literatura no es competición porque aquí nadie gana casi nada escribiendo o leyendo. Si acaso salvar un poco el alma.

Top 3 libros recomendados de Alan Pauls

La mitad fantasma

La literatura siempre se ha encargado de presentarnos a los personajes más excéntricos de cada época. Desde el Quijote hasta Ignatius Reilly. Y lo curioso es que vistos desde nuestra medianía y normalidad, las estridencias de los locos y sus filias y fobias acaban sintonizando con nuestra forma de ver el mundo en ocasiones. Y por eso siempre es bueno sacar locos a la luz de la literatura. Para que los demás entendamos que estamos muy cuerdos en nuestra concepción de que el destino, nuestro mejor destino, está a la vuelta de la esquina…

No piensa mudarse, pero busca departamentos en alquiler. Lee avisos y visita casas habitadas, intruso fugaz en vidas ajenas. No necesita nada (y lo exaspera la tecnología), pero vaga por internet comprando gadgets, cosas viejas, bichos embalsamados, por el placer de entrar en la historia de otros.

Pero ¿qué pasa con Savoy — cincuentón quieto, aficionado a los roces inocuos— cuando se cruza con Carla, una treintañera feliz, sin apegos, que viaja de país en país cuidando casas, mascotas, plantas de marihuana? ¿Cuál de los dos mundos cambia, se ilumina, pierde más la cabeza con el impacto? Entre viajes, piletas y delirios digitales, La mitad fantasma explora una superstición que sigue desvelándonos: la idea de que en alguna parte hay algo, alguien, a la medida exacta de nuestros deseos.

La mitad fantasma

El pasado

Toda luz tiene su sombra de la misma forma que todo amor tiene su instinto asesino o su voluntad inasequible al desaliento por joder a un ex. El asunto toma un cáriz neurótico y extrañamente metafórico, porque en las estridencias de una relación rota como la que se nos presenta aquí encontramos notas que sintonizan con nosotros, con la dispar noción de lo que amamos y queremos olvidar. O lo que olvidamos sin saber porqué y ahora añoraríamos tan solo recuperar su aroma…

Después de trece años de amor, Rímini y Sofía se separan. Para él, todo vuelve a ser nuevo y brillante. Pero su relación con Sofía no ha muerto; sólo ha cambiado de forma. Y cuando vuelve, emboscándolo, el amor tiene el rostro del espanto. Enamorada-zombi, espectro insomne y vengador, Sofía reaparece una y otra vez en el horizonte de Rímini para reconquistarlo, torturarlo o redimirlo.

Y Rímini se hunde de a poco en un abismo de pesadilla o de comedia, donde el chantaje sentimental, la traición y hasta el crimen son moneda corriente. Lo va perdiendo todo: trabajo, salud, nuevos amores, incluso un hijo, y su calvario sufrirá un vuelco cuando conozca a las Mujeres que Aman Demasiado, una célula de terrorismo emocional liderada por Sofía. Un relato ejemplar sobre las metamorfosis que sufren las pasiones cuando entran en el agujero negro de su posteridad. Una novela de amor-horror que pone al desnudo el otro lado de esa comedia que los seres humanos llaman «pareja».

El pasado

El Pudor Del Pornógrafo

La primera novela de Pauls combina la extraña maestría del escritor innato con una profundidad engañosa, como más pretenciosa para reinvindicar la llegada del escritor en ciernes. Pese a todo el conjunto es una jodida joya (toma cacofonía) y la sensación final es que la indicada pretenciosidad sobre el conocimiento del alma humana es, por derecho, algo que se maneja mejor a los veintitantos años a los que el autor escribió a esta novela que no a los cincuenta, cuando ya no sabes ni para qué la tienes.

Recluido en un apartamento, un pornógrafo responde las cartas que hombres y mujeres, devorados por la pasión, le escriben. Él es, o debería ser, aquel que los guíe en un laberinto hecho de vértigo y lujuria. Para rescatarlos o darles un sentido. Es un oficio extenuante, de raíz kafkiana, que apenas le permite unas horas de sueño y lo consume emocionalmente.

Sólo tiene un respiro: observar desde el balcón a su amada Úrsula, que en contados momentos del día aparece en un parque, siempre en el mismo lugar, siempre el mismo consuelo. Pero ella decide cambiar las reglas de la relación. Ya no más visual, sino epistolar. El pornógrafo por primera vez recibe y escribe cartas de amor. Un mensajero las lleva y las trae, con una urgencia creciente. La medida del tiempo pasa a ser leer a Úrsula y escribirle.

En su torre de marfil del deseo, el pornógrafo descubre que su antigua vida se agota, y apenas llega a vislumbrar la que viene. Una felicidad tortuosa está al alcance de la mano, y sin embargo se evade. ¿Ansía el encuentro con la amada o sólo sus cartas? ¿Quién es ese mensajero, que se presenta con un antifaz y es tan íntimo de su dama? Mientras la incertidumbre lo paraliza, una nueva visión, la definitiva, se urde a sus espaldas.

El pudor del pornógrafo es una soberbia novela sobre las paradojas y las obsesiones que puede disparar el amor. Es el relato de una relación fantasmal y de una pasión real. A treinta años de su publicación, y acompañado de un posfacio inédito escrito por el autor para esta edición, el primer libro de Alan Pauls es también un mapa en clave, y no siempre en clave, de la prosa y de los temas que su literatura ha expandido.

El Pudor Del Pornógrafo
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